Migu y Miri. El primer paso.

Creo que la primera vez que hablamos de casarnos estábamos viviendo en Berlín y hacía frío, mucho frío, por lo que probablemente fuese invierno. Llevábamos 6 meses viviendo juntos y ni si quiera recuerdo cómo salió el tema: locuras de amor, supongo. Poco después y dadas las circunstancias de la vida alemana decidimos volver a la península y establecernos en Barcelona, dónde todo iba a ser más fácil.

No hablaremos en este post de las relaciones a distancia, de Londres, ni de Berlín, ni si quiera hablaremos de lo que supone mudarse y empezar de cero 3 veces en 3 años, de vivir en 3 ciudades de Europa diferentes, de wasaps y de skypes, de coger 12 aviones en 12 meses… Mejor nos saltamos todo eso y vamos al momento en que Migu decide comprar un anillo.

Os situaré. Marzo de 2013. Recién llegados a España. Sin trabajo. Sin casa. Para mí: ciudad nueva, sin familia, ni amigos, (pero a eso ya estoy acostumbrada). Decido gastarme mis últimos 500€ ahorrados en un curso online para hacer algo mientras busco trabajo. Los dos felices, llenos de planes, de ideas, de sueños. Es 8 de Marzo, en unos días iremos a Valencia a las fallas y tenemos muchas ganas. Salimos a cenar y tomar algo, es un viernes normal.

Ya tranquilos en el sofá y tomando algo…

Migu: ¿Quieres un regalillo?

Miri: mmm bueno…. (Ni idea de lo que se trae entre manos)

Migu va a la habitación y vuelve con una cajita pequeña. Me la da y le quito el envoltorio.

Silencio…

Mientras abro la caja soy consciente de que es joyería. Y me empiezan a entrar mil dudas porque las joyas no me suelen gustar mucho y ahhh a ver que le digoooo y ahhhh es un anillo!!! No, no es un anillo, es el anillo. Y creo que pasan minutos o segundos o a lo mejor horas y ahhhhh estoy muda. Di algo, di algo…

Miri: Qué bonito!

Migu: ¿Te gusta?

Miri: Siiiiii

Migu: Entonces, ¿quieres casarte conmigo?

Miri: Ay! Claro que quiero!

Y nos abrazamos y nos besamos y estamos sobre una nube de algodón. Nos da la risa y luego, nos ponemos serios. Y así fue el primer paso. Pasaron meses y meses hasta que hicimos números y hablamos y concretamos y decidimos empezar a poner la boda en marcha.

Para las que no habéis llevado un anillo de pedida nunca, os diré que es algo especial. Es una sensación muy bonita. Está ahí todo el día recordándote ese momento y te saca una sonrisa cada vez que lo miras. En realidad te vuelves un poco paranoica: y si lo pierdo? me ducho con el? me lo llevo a la playa? la gente me preguntará? lo digo? y si no lo ven? jajaja

Ahora ya forma parte de mi mano derecha y sin duda es el regalo más bonito que me han hecho nunca.

Gracias niño.

Miri

Migu y Miri anillo compromiso

Migu y Miri compromiso

 

6 comentarios en “Migu y Miri. El primer paso.

  1. Ruth dijo:

    Pero pero pero, quién os quiere más que a nada en este mundo?
    Acabo de recibir la invitación!!!!! Muchíiiiiiiiiiiiiisimas gracias y, of course, muchísiiiiiiiiiiiiiiiiiiimas felicidades!!
    Será un honor (que te cagas) estar presente en este día taaaaan especial para vosotros.
    Deseo y quiero compartir ese momento with you!
    Al fin y al cabo, vi nacer esa chispita ;).

    Un millón de besos mis cutis!

    Os quiero una jartá, ya lo sabéis.

    Ruthi! 🙂

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